martes, 13 de mayo de 2008

Combinar la arruga y el ímpetu




Un escritor gallego, que allá por el año ’89 ganó el Nobel de Literatura, dijo ya con cierta edad: “Pensar en viejo me abruma y, sin embargo, pensar en joven, en sano y arrogante joven, me parece tan insípido…”

Camilo José Cela murió en 2002, acordándose seguro de sus propias palabras. Aunque no creo que se sintiese demasiado temeroso ante la muerte, porque dejó escritas realidades que si no las pensara no las diría fuera de los libros, sí que quizá durante la agonía que preludió su muerte pasó por su cabeza el volver a ser un joven sano.

Cuando leo esta frase, pasan muchas cosas por mi cabeza. ¿Por qué habría de abrumarle llegar a viejo, si ello te da más posibilidades de encontrar lo que buscas en la vida? Entiendo que puede resultar frustrante una vida en la que no se alcancen los objetivos previstos. Esos objetivos se desechan y cuando un barco no navega con rumbo fijo todos los vientos son contrarios. Entonces aparece la religión por medio prometiéndonos el paraíso, un objetivo de fe en el que debemos creer si queremos alcanzarlo, pues no somos capaces de percibirlo. Enseñado ya el plumero y tras reflexionar que los tiros no deben ir por allí, prefiero tomar otra vía de hipótesis más consonante con la intención del escritor, a pesar de que Cela era muy religioso. La verdad, creo que no le gustaría llegar a viejo porque llevaba una vida placentera. Una vida cómoda, una producción literaria y un manejo del lenguaje excelente y una familia que le quería. Claro, ¿para qué llegar a viejo si pudiese quedarse como está? Lúcido y lo suficientemente fuerte como para hacer las cosas que le gustan, con muchas experiencias vividas y otras muchas por vivir. Seguro que con la edad que tenía entonces, la vida de un hombre del África subsahariana estaría llegando a su fin. Me gustaría ir a África y preguntarle a uno de esos chavales entre 15 y 18 qué les viene a la cabeza cuando piensa en viejo. Otro de las cosas que me viene a la mente con esas tres palabras (pensar en viejo), es el hecho de pensar demasiado las cosas. Ser demasiado reflexivo e intentar abordar algo a través de todos los puntos de vista puede aturullar la cabeza a más de uno. Pensar en joven es más fácil. Recuerdas tus años mozos, cuando eras lo suficientemente ágil como para subir al manzano de tu abuelo de un brinco. Esa frescura y ese brío ya no los conservaría Cela. Recordaba seguro que fue impulsivo, directo y curioso, que toda la energía de la juventud se mostraba en lo que hacía. Sin embargo, al Nobel le resultaba insípido pensar en joven. Quizá fuera porque la juventud se cree que lo sabe todo y aún les queda mucho por aprender. El joven es arrogante, cuando algo le sale mal y se le intenta enseñar no se deja. El joven, ávido de conocimiento o no, no ha tenido tiempo de acceder a la mayor parte de los libros porque, salvo excepciones, cada etapa lleva su curso. Me parece demasiado extremo decir que pensar en joven es insípido porque, como ya he dicho, cada etapa tiene su encanto y pensar en planes que se ajusten a cada momento ya es muestra de agudeza. Es verdad que la juventud está demasiado expuesta a los medios, están sobreinformados de manera tendenciosa. Debería primar más la observación y la vivencia, no todo debe ser conocimiento, pues la experiencia es la base de mi amado método científico.

¿Pensar en joven o en viejo? Creo que para un periodista, de manera especial, es fundamental buscar el equilibrio entre ambas. La reflexión nos acerca más a la verdad, pero sin el ímpetu, la curiosidad y la vitalidad que abran las puertas, no seremos capaces de conseguir terminar el puzzle, no sólo de nuestro trabajo sino también de nuestra vida.

ENTREVISTA A CELA

http://es.youtube.com/watch?v=DtIjhcPsYs8

http://es.youtube.com/watch?v=PqGk0WnqOh0

http://es.youtube.com/watch?v=PPfHi1BdgSE

http://es.youtube.com/watch?v=CtjB2IDu5Fc

http://es.youtube.com/watch?v=BQwl5QiJUkY

domingo, 11 de mayo de 2008


"TODAVÍA NO HE ENCONTRADO LA HORMONA DE MI ZAPATO"


Cómo lo oyen, o mejor dicho cómo lo leen. Esta frase salió de la boca de la mismísima Sofía Mazagatos. Si es que desde luego, con frases así no va a encontrar ni la hormona de su zapato ni la de ningún sitio. Por si alguno no suele leer la prensa del corazón, voy a añadir una poca información acerca de la susodicha.


Sofía Mazagatos fue Miss España en 1991. Como era menor de edad, no pudo participar en el certamen de Miss Universo. A pesar de todo, quedó semifinalista representando a España en Miss Europa. Posteriormente, rodó dos series en España y cuatro películas internacionales. Aunque ahora ya no aparece mucho en la prensa rosa, ha sido una habitual de las noticias del corazón debido a las polémicas relaciones que ha mantenido con algún que otro famoso.


La verdad es que esta chica, teniendo una carrera como la que tiene a sus espaldas, parece mentira que pueda cometer esos errores como el de la frase antes citada. Hombre, Sofía es una persona humana, por lo tanto puede confundirse igual que todos. Pero luego, parece que tienen razón cuando dicen eso de que las modelos son tontas y que solo se preocupan de su cuerpo y de tonterías. Además, cuando surgen rumores así acerca de los famosos ya se sabe porqué es. Que como dice el refrán, cuando el río suena, agua lleva.


Todos habrán entendido que lo que en realidad quería decir la famosa modelo es que todavía no ha encontrado la horma de su zapato, es decir, que todavía no ha encontrado esa persona en la que apoyarse en los momentos difíciles. Esto lo se porque cuando lo sacaron en un programa televisivo, estaba respondiendo a una pregunta sobre si había encontrado a alguna persona especial en su vida. Mostrando la frase así sin explicar el contexto aún parece relucir más la ignorancia de la modelo. Pero la verdad es que confundir horma con hormona es un error bastante grave. Que se trata de palabras con significados totalmente diferentes.


Esta frase me ha parecido interesante para publicarla en este blog, para demostrar que si de vez en cuando se critica a los famosos es porque no son tan listos como ellos creen. Y como ésta frase, podría publicar mil frases más dichas por diferentes famosos y muchas más dichas por nuestra increible modelo. Si tanta fama y tanto dinero tienen, por lo menos aprendan a hablar bien y no metan la pata delante de la prensa porque eso es lo peor que pueden hacer.Y como dicen que las cosas están cambiando, y que nos espera un futuro peor que el presente que vivimos (me refiero a la sociedad), solo digo que ojito con los futuros famosos y que Dios nos coja confesados cuando les toque hablar delante de una cámara.
Sofía Carballo


sábado, 10 de mayo de 2008

El éxito


El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse

Winston Churchill


Qué mejor manera que comenzar un post con una declaración: soy seguidora de Operación Triunfo.

“Ese programa que encierran a unos chicos en una academia con cámaras y les enseñan a cantar. Vamos yo lo sé porque ayer lo ví un rato porque Manolo lo puso haciendo zapping y salía una rubia con cara de tonta que cantaba fatal. Lo presenta el Jesús Vázquez ese que ¡por dios, vaya chaquetas qué lleva! Luego hacen una gala donde cantan todos, ahí las chicas enseñándolo todo mientras bailan y el jurado los nomina. El único que merece la pena es el Risto uno que va con gafas, un borde de mucho cuidado, con una cara de asco... Yo es que es verlo y cambiar de canal”
Conversación de un miércoles a las nueve de la mañana en el autobús entre dos señoras mientras van a trabajar. Una de ellas sostiene en la mano uno de los periódicos gratuitos con un titular: “OT 2008′ arrasa en su estreno.” “¡Pero yo no lo veo eh!”No esa señora no ve ni Gran Hermano, ni Fama o Supervivientes…No sabemos si realmente formará parte de los 3,7 millones de espectadores de media que siguió el programa el día de su estreno y que hizo que se consagrase como el éxito del día de Telecinco.

Quizás os cuestionéis por qué os estoy hablando de OT. Bien he elegido este programa pero podía haber escogido cualquier otro de los reallities shows con los que nos bombardean los distintos canales de TV a lo largo del año. No será por variedad. Pero mi intención no es hablaros ni de Risto, ni de Jesús Vázquez o Ángel LLacer. A mí lo que realmente me interesa son los concursantes.

Esos a los que cuando ponen un pie en la academia les entregan un pequeño ragalito envuelto con sumo cuidado, el regalo más bonito que jamás habían soñado en la vida. Cuando les comunican que “no continúan su formación en la academia” se ven casi por completo obligados a desprenderse de ese pequeño obsequio que los llevó a la gloria. A lo sumo los que más suerte tienen, los que proyectan una mejor imagen, una cara más bonita, consiguen alquilarlo por un tiempo más. Cuánto cuesta conseguirlo, qué bonito es todo mientras dura y qué poco cuesta perderlo. Él no es otro que nuestro querido amigo el éxito.

El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse. Seguro que en alguna ocasión, un amigo, un familiar o alguien te ha dado un consejo similar. ¿Sabes que significa? Que en aquella ocasión te equivocaste. ¿Te lo han dado muchas veces? Me temo que has fracasado en repetidas ocasiones. Si fracasaste más de una vez, no te desanimes no eres un perdedor .Tuviste fuerzas para levantarte y seguir adelante. Recuerda, cada batalla perdida es un pequeño triunfo de la experiencia, nuestra gran maestra. No hay nada imposible para quien sabe esperar.

¿Sabías qué?

En la RAE el término “éxito” aparece definido como:

1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.
2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo.
3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto.

¿Sabías que Winston Churchill, Político británico (Palacio de Blenheim 1874 - Londres 24-1-1965), a lo largo de su brillante carrera, fue sucesivamente el hombre más popular y el más criticado de Inglaterra, y a veces ambas cosas al mismo tiempo?

Si quieres saber más:





María Catalá Torcal

sábado, 3 de mayo de 2008

Be happy

“En el colegio solo aprendemos a reconocer las palabras y a escribirlas; pero la aplicación de esas palabras a la vida real es algo que solo la vida y la experiencia nos puede enseñar”.

Esta frase la he sacado de un extracto de A Sangre Fría, obra de Truman Capote que todos nosotros hemos podido leer. Más allá de la propia obra y de su relato, me quiero centrar en la idea que expresa esa frase.

Estas palabras pueden aplicarse a numerosos contextos pero, en el caso de la obra de Capote, aparece en una carta que una hermana le escribe a su hermano que se encuentra en la cárcel. A pesar de este contexto, en muchas ocasiones he tenido la posibilidad de oír y discutir sobre el sentido de la frase, aplicada a la idea de que muchas personas dedican su vida al estudio y al trabajo, dejando atrás los mejores años de su vida sin poder disfrutarlos.
Todos estamos de acuerdo en que debemos forjarnos un futuro y que ese futuro sólo puede construirse con estudio y esfuerzo pero, no sólo un porvenir se basa en estar delante de un libro formándote. Salir a la calle, hablar y discutir con tus amigos, irte de viaje, conocer nuevas culturas y, por qué no, hacer alguna locura (todos las hemos hecho), son cosas que parecen tan sencillas de hacer pero, a la vez tan necesarias, que son las que verdaderamente le aportan un sentido a la vida.


Con esto no quiero decir, ni mucho menos, que el estudio y la formación, es decir, el estar serios en los momentos que debemos estarlo, no sean necesarios, porque si que lo son y mucho. Pero, ¿de verdad creéis que vivir la vida es sólo eso? Espero que no estéis tan equivocados. El sentido de la vida puede encontrarse en cualquier parte y para cada persona existen partes distintas maneras de descubrir ese sentido.


Los amigos, la familia, la pareja, incluso tu equipo de fútbol (aunque ciertas personas no entiendan que algo como un club de fútbol te pueda hacer feliz) son parte de ese sentido de la vida. Y todo y todos podemos hacer que las cosas que nos pasan en clase y en la universidad no sólo nos sirvan para poder formarnos como futuros periodistas, sino también para que las palabras que aprendemos en la universidad la apliquemos a la vida real, las vivamos.

Pablo Cortés