sábado, 26 de abril de 2008

La sabiduria como ley de vida


El hombre con más talento en la historia de la humanidad dijo una vez:


“Quien sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz”.


Bien sabía él de lo que hablaba por aquel entonces. Con voz suave y firme mostró a todos cuanto sabía. Quizá no lo enseñase todo y por eso una sábana de oscurantismo rodea su figura. Arquitecto, escultor, pintor, inventor e ingeniero, Leonardo Da Vinci fue el hombre del Renacimiento por excelencia. Leonardo era un hombre ávido de sabiduría. Cada vez quería conocer más cosas y eso le llevó a tener una concepción de la vida bastante realista y naturalista. Su vida es una epopeya que aún trae de cabeza a miles de curiosos y estudiosos de su persona. Leonardo: el vuelo de la mente, es uno de los textos que más se acercan al personaje italiano. Sinceramente, creo que Da Vinci podría haber sido una de las mayores fuentes documentales para un periodista por aquella época. Hubiese sido, sin duda, uno de los más grandes reporteros y, seguramente, habría estado destinado como corresponsal en el peligroso terreno de la vida humana.

Eso es lo que deberíamos intentar hacer, dejar volar nuestras mentes, ávidas de conocimiento, para poder llegar a saber cuantas más cosas mejor. Pienso en la utopía que se forma en mi mente. Un mundo en el que todos son capaces de decir las cosas sin gritar ni dar alaridos. Un mundo en el que hasta los periodistas cumplan con los valores propios de su profesión: el respeto y el constante aprendizaje. Un mundo en el que cualquier ciudadano sea capaz de utilizar la oratoria decentemente. Hoy día, la gente sin argumentos decide elevar el tono un poco más que el otro, simplemente por el mero hecho de que se les oirá más. Piensan que así conseguirán convencer a un mayor número de personas pero, realmente, ni ellos mismos saben lo que están diciendo. La intolerancia y la intransigencia de muchos humanos se mezclan con el auto convencimiento erróneo de creerse sabedores de lo que dicen. Desde luego que se creen lo que dicen porque, de otro modo, ni ellos mismos estarían convencidos de todo cuanto sale de su boca.

Otra de las cosas que autoriza el aumento de decibelios es la jerarquía. La pirámide escalonada en cuya cumbre está el jefe no se libra de estos escarceos. En un determinado momento, las paredes del despacho de persianas corridas tiemblan. Otro muchacho acongojado sale del habitáculo. El jefe suele saber de qué habla, por eso es el jefe. ¿Pero por qué demonios grita tanto? Dicen que la paciencia es la madre de la ciencia. La ciencia, a mi juicio, es la madre de la mente y de la vida. El silogismo que voy a crear es harto tedioso de entender y más duro de reflexionar. Un hombre que eleva la voz es un hombre sin paciencia. Un hombre sin paciencia no es capaz de desarrollar ciencia alguna. Es un hombre incapaz de gestar una vida y una mente sana y duradera. Por mucho que supuestamente se sepa lo que se dice, si se pierden los estribos se acaban diciendo tonterías.

Debemos llegar al resto de las personas mediante nuestra palabra, pero no por el tono en el que se digan, sino por el contenido que encierren. Todo aquello que se alzó trajo consigo desdichas. Se alzaron armas y aparecieron las guerras. Se alzaron malas ideas y acabaron esclavizando al hombre. Se alzaron las voces de aquellos más poderosos y la sociedad los siguió como borregos. Alcemos grandes ideas que nos acerquen entre nosotros, pues conocer aquello que nos separa es muy fácil. Alcemos las plumas dormidas para escribir buenos artículos que sirvan a los lectores. Si alzamos la voz para que se nos oiga, que sea todos a una sin que ninguno tenga la necesidad de destacar. Guardemos los megáfonos naturales y busquemos con la razón y la tinta ríos por los que puedan fluir esos lazos que nos unan, esas redes que nos hagan darnos cuenta de todo lo que tenemos en común (no sólo a nivel general, sino también en el trato personal).


Codex Atlánticus

Universal Genius (Fragmento de un documental de la BBC en inglés)


La recompensa del embustero es no ser creido, aun cuando diga la verdad.


“La recompensa del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad”

Esta cita salió de la boca de uno de los más grandes filósofos de la historia, Aristóteles. Este creador de la taxonomía solo tuvo que servirse de la experiencia para comprobar la veracidad de su frase. Aristóteles llegó a esa conclusión en el siglo IV a.C pero ésta es una frase que ha llegado hasta nuestros días.
Aristóteles nació en el año 384 a.C. en Estagira (Macedonia). Hijo de médico, pertenecía a una familia que se reclamaba descendiente del dios de la medicina, por lo tanto, estuvo iniciado desde niño en los secretos de la medicina y de ahí procede su afición por la investigación. Estudió en la academia de Platón con el cual no estableció grandes lazos de amistad. Esto lo demuestran los escritos de ambos filósofos. Anduvo durante varios años de un lugar hacia otro estudiando filosofías diferentes. Finalmente volvió a casa y fundó el Liceo en el 334. Durante todos esos años, escribió obras sobre ética, física, matemática y teología. Posteriormente fue acusado de impiedad y se exilió a la isla de Chalcis donde murió en el 322 a.C.

La verdad, es que cuando éste gran filósofo pronunció esa frase, quiso que todos se dieran cuentan de que hay que tener cuidado con las personas y conocerlas bien para saber si son de fiar. Una persona que te miente una y otra vez, pierde tu confianza hasta el punto de que no se le creerá ni siquiera cuando diga la verdad. Personalmente creo que ésto es un hecho que todos hemos vivido. Estoy segura de que todo el mundo tiene un “amigo “ o mejor dicho, conocido, que cada dos por tres está intentando colarte sus mentiras. Y cuando tú te enteras de que todo lo que te está diciendo no es verdad, que te lo dice para aparentar, para engañarte, entonces es cuando dejas de confiar en él. ¿Pero si luego te pide ayuda para solucionar algún problema? Entonces no le brindarás esa ayuda porque dentro de ti sigues pensando que lo que te está contando no es verdad y que acude a ti con otras intenciones.

Esta cita de Aristóteles es de las más certeras que existen. Aunque dicho personaje se caracteriza por la amplitud y la profundidad de sus pensamientos, la nombrada cita no es un simple pensamiento sino que se puede demostrar y no hace falta ser un importante precursor de la anatomía y la biología como Aristóteles para llegar a esta conclusión.

Seamos capaces de documentarnos y hablar con conocimiento de las cosas, para que no deba imperar la ley del más fuerte, sino la ley del que sepa de lo que habla, porque “Quien sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz..."

Sofía Carballo Zueras.

domingo, 20 de abril de 2008

Una de humor... por favor



“Hijo mío la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…”

Al leer esta frase por mínima que sea seguro que esbozamos una sonrisa, si ya les digo quien es su autor, todo cobra sentido.

Dejemos de lado lo políticamente correcto, Groucho Marx no lo era. Actor, comediante, escritor…personaje polifacético estadounidense. Cómico excéntrico querido por muchos, odiado por otros tantos, fue miembro de la extravagante familia de los hermanos Marx. Dibujantes de sonrisas, su destreza: hacer del humor su útil de trabajo.

Cerremos los ojos, vamos a realizar un viaje en el tiempo: situémonos en la década de 1900, la familia Marx al completo, reunida en una cena navideña. ¿Alguien podría salir impasible de aquel salón, sin haber soltado una carcajada a lo largo de toda la velada? Me temo que no. El día a día de aquel clan familiar debía ser cuanto menos divertido. Dedicados desde antaño al mundo del show fue su madre quien decidió apuntar a sus cuatro hijos Leonard (Chico), Adolph (Harpo), Julius (Groucho), Milton (Gummo), y Herbert (Zeppo) al mundo de la farándula. Apenas se trataba de unos niños, pero su espontaneidad y frescura les condujo a dar el salto a la gran pantalla, donde la empresa cinematográfica Paramount les avaló durante sus primeras películas sonoras en la década de los años 30.

Estrellas del humor absurdo, un bigote pintado con betún, unas gafas y una extravagante manera de andar le bastaban para bautizarse como el más listo de los tontos y el más tonto de los listos, Groucho pronto se convirtió en el dirigente del grupo.

Auténtico as de las palabras, mal educado, genial, imprevisible, despistado… sumamente inteligente. Derrochaba dosis de humor en cada una de sus intervenciones, su compromiso social de hacer reír parecía no tener fin, altruista del humor. Un humor extraño fundamentado en duras críticas a la alta sociedad pero siempre respaldadas por la improvisación.

¿Fue feliz a lo largo de toda su vida? ¿Tuvo un pequeño yate? ¿Vivió en una pequeña mansión? Sospechamos lo peor, a lo mejor nunca lo fue. Su infancia estuvo marcada por la emigración de sus padres alemanes de origen judío a EEUU, donde nos tememos que las vacaciones no consistían en un mes navegando en un lujoso yate, costeado todo por la gran fortuna de “papá” quien se dedicaba al humor ambulante.

Con un pasado austero y sin yates de por medio nuestro amigo emprendió la búsqueda de la felicidad. Se puso a buscar y a buscar y a lo mejor no la encontró nunca. Cuando falleció a los 86 años entre sus grandes bienes no hallamos una pequeña fortuna y el yate pequeño había sido sustituido por otro más suntuoso. ¡Qué lástima! A lo mejor Groucho no fue feliz. Su fortuna fue su talento.

Querido lector ahora me tomo la confianza de dirigirme a usted… ¿es realmente feliz? ¿Dispone del tiempo suficiente y unos amigos con quien comparte momentos inolvidables? ¿Tiene el tiempo suficiente para escuchar esa música que tanto le gusta mientras se da relajantes baños antes de ir al cine con su pareja que tanto le adora? Eso sí nada de coger un autobús público donde esté un buen coche… Si es así ¡enhorabuena! El resto nos conformamos con estudiar cada día para tener un porvenir decente, buscando una pareja, conviviendo con los atascos a las 9 de la mañana mientras en la radio suena ese maldito single del nuevo cantante de OT. Pero sí señores también somos felices, son las pequeñas cosas las que te hacen ser feliz…pequeñas fortunas, pequeñas mansiones, pequeños yates…


Hasta aquí la frase de la semana. Todo termina. Se casaron, fueron felices y comieron perdices o ¿comieron perdices y fueron felices?



Algunos datos de interés



¿Quién no ha leído la famosa historia de Pedro y el lobo? Una bonita moraleja la de este cuento... ¿vale la pena mentir? Seamos coherentes con la profesión que hemos elegido porque si no,
"La recompensa del embustero es no ser creido, aun cuando diga la verdad..."



María Catalá Torcal

sábado, 12 de abril de 2008

Del conformismo a la libertad

KARL MARX



…"Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo."

Karl Marx nació en Tréveris (Prusia) el 5 de mayo de 1818. Definirlo con una sola palabra es complicado porque entre otras cosas, Marx fue filósofo, historiador, sociólogo, economista, escritor y pensador socialista. Si nuestro anterior personaje fue uno de los grandes marxistas del siglo XX, es porque junto a Friedrich Engels, Marx es considerado el padre teórico del socialismo científico y del comunismo. Atribuidos a Marx existen innumerables artículos pero, sería muy probable que si Karl viviera en la actualidad tuviera uno de estos blogs. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla, Marx junto con sus estudios escribe artículos de análisis de la realidad social, colaborando en el "Rheinische Zeitung", publicación de la que pronto llegará a ser redactor jefe. Funda también el "Deutsch-französische Jahrbücher", revista franco-alemana de la que será director. Parece ser que la anterior caracterización de Karl Marx se nos queda corta, él también ejerció como periodista.


El 14 de marzo de 1883, fallece Marx, uno de los pensadores más influyentes de la Historia y figura clave en el análisis de la historia, la sociedad, la política y la economía. Su pensamiento se prolonga hasta muchas décadas más tarde a partir de su muerte, siendo clave para entender los procesos sociales y políticos que jalonan el siglo XX.


Desde el punto de vista de éste post nos vamos a centrar en el Marx humanista, en su explicación del hombre como un ser material natural, que se convierte en un ser natural humano en el desarrollo de la historia. Marx entiende que el ser humano dentro del capitalismo industrial del siglo XIX está en una situación de alienación. Esta alienación adquiere su máximo esplendor en la economía, según Marx el hombre está alienado social, política e ideológicamente; y es precisamente en esta última alienación, la ideológica, en la que interviene nuestra frase de hoy.
FRASE: La conciencia del ser humano, lo que piensa, depende de las condiciones materiales de la vida. El proletariado se encuentra alienado ideológicamente porque la ideología dominante es la de la clase dominante, tanto la filosofía como la religión han colaborado para mantener esta alienación.


La filosofía porque hasta ahora se ha dedicado a explicar e incluso justificar lo que para y no a criticarlo. A la mala situación económica del proletariado se le une una conciencia ideológica alienada por la filosofía que le explica y le justifica lo inevitable de su situación. Por eso dice Marx: “Los filósofos se han dedicado a interpretar el mundo de distintos modos, hora es ya de transformarlo”.

Quién sabe, quizá la filosofía haya alienado al hombre, quizás la justificación ha sido lo peor que le haya podido ocurrir a los hombres luchadores y sacrificados. Lo que parece seguro es que el mundo fue interpretado (pasado) y los hombres lo hemos conseguido transformar.

"Es mejor quemarse que apagarse lentamente..."

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http://www.mundocitas.com/autor/Karl/Marx
http://www.marxismo.org/

La patria: ¿libertad o castigo?

LEÓN TROTSKY


“El patriotismo es la principal parte de la ideología mediante la cual la burguesía envenena la conciencia de clase de los oprimidos y paraliza su voluntad revolucionaria, porque patriotismo significa sujeción del proletariado a la nación, tras la cual está la burguesía.”

Lev Davidovich Bronstein, más conocido como Trotsky, nació en Yanovka (Ucrania) el 7 de Noviembre de 1879. Fue, junto con Lenin, uno de los grandes marxistas d el siglo XX. Como político y revolucionario ruso tuvo un gran peso durante los acontecimientos de principios de siglo en este país. Aplicó sus innumerables conocimientos y desarrollos a la teoría marxista, entre ellos, la teoría de la revolución permanente, ya esbozada por Marx anteriormente. Trotsky, conocido así en el mundo entero tras escapar de su primer destierro a Siberia (con sólo 19 años, se fugó de su cautiverio con el pasaporte de uno de sus carceleros: León Trotsky), defendió siempre sus ideales y se convirtió en uno de los periodistas más prestigiosos de la época. El Iskra, el Nachalo, el Nashe Slovo (nuestra palabra) o el Novy Mir, se convirtieron en periódicos con gran carga informativa e ideológica sobre todo. Poco a poco, se iban asentando las bases del gran movimiento obrero del siglo XX. Trotsky creó el Ejercito Rojo y tuvo gran importancia en la Revolución de Octubre de 1917 y, posteriormente, en la guerra civil contra los ejércitos blancos pro-zaristas. Cuando Stalin ascendió al poder y decidió aliarse con los burócratas mencheviques Trotsky se exilió en México, único país que quiso acogerle, comenzando una dura oposición al nuevo poder emergente en Rusia. Stalin, que se dio cuenta del peligro que constituía, mandó asesinarlo, trabajo que desempeñó Ramón Mercader (comunista catalán) con un piolet en octubre de 1944, 27 años después de formar parte de uno de los episodios más importantes de la historia mundial.

FRASE: Trotsky, como Marx, está en contra de la patria. Tal y como recoge el manifiesto comunista (Marx y Engels): “Los trabajadores no tienen patria. Mal se les puede quitar lo que no tienen. No obstante, siendo la mira inmediata del proletariado la conquista del Poder político, su exaltación a clase nacional, a nación, es evidente que también en él reside un sentido nacional, aunque ese sentido no coincida ni mucho menos con el de la burguesía. Ya el propio desarrollo de la burguesía, el librecambio, el mercado mundial, la uniformidad reinante en la producción industrial, con las condiciones de vida que engendra, se encargan de borrar má s y más las diferencias y antagonismos nacionales. El triunfo del proletariado acabará de hacerlos desaparecer. La acción conjunta de los proletarios, a lo menos en las naciones civilizadas, es una de las condiciones primordiales de su emancipación.” ¿Por qué dicen esto? Porque la burguesía quiere retener al obrero para su propio beneficio, quiere que forme parte de un ejército que lucha por el sentimiento de un país, por los anhelos y objetivos de gente que a veces no le va ni le viene… ¿Esto es realmente parte de la naturaleza humana? (como dejó caer Ugarte en su exposición) Yo, personalmente, creo que no, y estoy de acuerdo con él en que debemos luchar por aquellos que realmente nos importan.

Qué difícil es esta vida, todo aquello que nos rodea... Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo ...
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