sábado, 26 de abril de 2008

La recompensa del embustero es no ser creido, aun cuando diga la verdad.


“La recompensa del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad”

Esta cita salió de la boca de uno de los más grandes filósofos de la historia, Aristóteles. Este creador de la taxonomía solo tuvo que servirse de la experiencia para comprobar la veracidad de su frase. Aristóteles llegó a esa conclusión en el siglo IV a.C pero ésta es una frase que ha llegado hasta nuestros días.
Aristóteles nació en el año 384 a.C. en Estagira (Macedonia). Hijo de médico, pertenecía a una familia que se reclamaba descendiente del dios de la medicina, por lo tanto, estuvo iniciado desde niño en los secretos de la medicina y de ahí procede su afición por la investigación. Estudió en la academia de Platón con el cual no estableció grandes lazos de amistad. Esto lo demuestran los escritos de ambos filósofos. Anduvo durante varios años de un lugar hacia otro estudiando filosofías diferentes. Finalmente volvió a casa y fundó el Liceo en el 334. Durante todos esos años, escribió obras sobre ética, física, matemática y teología. Posteriormente fue acusado de impiedad y se exilió a la isla de Chalcis donde murió en el 322 a.C.

La verdad, es que cuando éste gran filósofo pronunció esa frase, quiso que todos se dieran cuentan de que hay que tener cuidado con las personas y conocerlas bien para saber si son de fiar. Una persona que te miente una y otra vez, pierde tu confianza hasta el punto de que no se le creerá ni siquiera cuando diga la verdad. Personalmente creo que ésto es un hecho que todos hemos vivido. Estoy segura de que todo el mundo tiene un “amigo “ o mejor dicho, conocido, que cada dos por tres está intentando colarte sus mentiras. Y cuando tú te enteras de que todo lo que te está diciendo no es verdad, que te lo dice para aparentar, para engañarte, entonces es cuando dejas de confiar en él. ¿Pero si luego te pide ayuda para solucionar algún problema? Entonces no le brindarás esa ayuda porque dentro de ti sigues pensando que lo que te está contando no es verdad y que acude a ti con otras intenciones.

Esta cita de Aristóteles es de las más certeras que existen. Aunque dicho personaje se caracteriza por la amplitud y la profundidad de sus pensamientos, la nombrada cita no es un simple pensamiento sino que se puede demostrar y no hace falta ser un importante precursor de la anatomía y la biología como Aristóteles para llegar a esta conclusión.

Seamos capaces de documentarnos y hablar con conocimiento de las cosas, para que no deba imperar la ley del más fuerte, sino la ley del que sepa de lo que habla, porque “Quien sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz..."

Sofía Carballo Zueras.

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